Desde que el presidente Donald Trump comenzó a decorar el Despacho Oval en febrero, ha habido un torrente constante de artículos que condenan sus elecciones de diseño. Y lo cierto es que el rediseño ha sido… significativo. Hay un desfile de objetos dorados en la repisa de la chimenea, relegando la tradicional hiedra sueca a un invernadero. Apliques rococó dorados, casi idénticos a los de la finca Mar-a-Lago de Trump, están pegados a la chimenea y a las paredes del despacho con el mismo nivel de consideración estética que un niño...