Un catalán pasa, de media, cuatro horas y cuarto a la semana yendo y viniendo a la oficina, fábrica o comercio donde trabaja. Un viaje de ida y vuelta que implica tanto un coste directo para el empleado, que deberá gastar en abonos transporte, en gasolina para su moto o coche o en una bicicleta, como indirecto, pues si el tiempo es oro, esas cuatro horas y cuarto la empresa no se las paga y es el trabajador que las tiene que poner de su reloj de arena vital.
|
etiquetas: teletrabajo , remoto , transporte