Publicado hace 1 año por Javier_Lothbrok a elsaltodiario.com

Un grupo de familiares en la puerta de la Residencia Parque de Los Frailes de Leganés (Madrid), de titularidad pública, pero con su gestión privatizada, comenta que por fin van a arreglar las tuberías del inmueble y los residentes disfrutarán de agua potable, problema que arrastran desde verano. Al mismo tiempo, las representantes del comité de empresa de las trabajadoras, mayoría en este feminizado sector, salen a la puerta, pancarta en mano, para denunciar que desde el 15 de diciembre llevan esperando una paga de navidad.

Comentarios

io1976

Pero después de un día de mierda en el curro se pueden sentar en una terracita a echarse una cervecita, ¿o no? Ah no, que ganan una mierda.

ghazghkull

#1 bueno, que en Catalunya también ganan una mierda para el trabajo y horas que hacen...

io1976

#2 Pero allí no tengo conocimiento que el gobierno autonómico gaste dinero público para hacer una campaña a favor de las propinas en la hostelería.

DaniTC

#1 pueden mirar a los que se la toman, para que se sientan normales.

A todo esto, la ex de mi hermano que trabaja en una residencia disfrutó sus vacaciones trabajando. ¿Qué tal?

Cehona

#1 No sólo los ricos, toman cerveza.
Imposible que Ayuso saque mayoría solo con ellos.
Sorprendente.

D

#4 hay gente que solo pueden permitirse una o dos cervezas al mes.
Efectivamente, muchos de llos además votan al PP que pide rebajar salarios, pensiones y facilitar despidos. Son un poco culpables de su situación, aunque no los únicos culpebles ni los peores culpables.

D

#1 Lo que tú quieras, pero me parece que este artículo es ofensivo hacia las trabajadoras de residencias que han considerado que la pobreza, la precariedad y el tener que organizar un banco de alimentos para llegar a fin de mes son circunstancias todas ellas tan estupendas y maravillosas como para haber hecho incluso nacer a sus propios hijos también en ellas, a que sus hijos también les agradezcan la pobreza y la precariedad tanto como ellas, esas trabajadoras de residencias que tienen que organizar los bancos de alimentos y han tenido hijos, también agradecen la pobreza y la precariedad a sus padres. Me explico:

Si nos atenemos a los altos estándares éticos e intelectuales de Menéame, este artículo debe ser considerado o catalogado como aporófobo, además de obviador de la dimensión cultural, porque al presuponer o implicar que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas, está también indirectamente implicando que las personas que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o la precariedad están haciendo daño o perjudicando a esos hijos, y por tanto está también indirectamente implicando que las personas que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o la precariedad son malas personas y malos progenitores, sin inteligencia, lo cual, según esos altos estándares éticos e intelectuales de Menéame, es aporofobia además de obviar la dimensión cultural, porque supone una culpabilización, criminalización y estigmatización de todas esas personas que, simplemente, desean ejercer su legítimo, legal y fundamental derecho humano y progenitor, además de su cultura, de considerar que la pobreza y la precariedad son circunstancias tan estupendas y maravillosas como para incluso hacer nacer y criar a sus propios hijos en ellas, a que sus hijos también les agradezcan la pobreza y la precariedad tanto como ellas, esas personas progenitoras, las agradecen a sus padres.

Y es que en esto debe consistir el vivir en una sociedad civilizada: en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, marcos culturales, y diversidades ideológicas, de opiniones, de preferencias, de criterios progenitores y de principios éticos de cada cual.

Quien es pobre es porque quiere votar capitalismo y monarquía, y quien vota capitalismo y monarquía lo hace porque quiere ser pobre.

Así que estos artículos periodísticos que presuponen que la pobreza es algo malo o negativo deberían advertir en su encabezado, igual que las películas adultas, que podrían resultar ofensivos o aporófobos a las personas que consideren que la pobreza o la precariedad son circunstancias tan estupendas como para incluso hacer nacer también a sus propios hijos en ellas.