Salarios de miseria para los trabajadores, daños medioambientales causados por la producción: se supone que la ley sobre la cadena de suministro, en vigor desde enero, debe evitarlo. De hecho, los productos fabricados en condiciones inhumanas siguen llegando a los supermercados de Berlín y Brandemburgo. Desde la distancia, Said* observa el enorme invernadero donde hasta hace poco cosechaba tomates. 40 horas a la semana, por el salario mínimo legal de 7,67 euros la hora, al menos eso dice su contrato de trabajo. Pero la realidad es otra:…
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Desde la distancia, Said* observa el enorme invernadero donde hasta hace poco cosechaba tomates. 40 horas a la semana, por el salario mínimo legal de 7,67 euros la hora, al menos eso dice su contrato de trabajo. Pero la realidad es otra: "Trabajamos más. Hasta 70 horas semanales. Pero sólo se pagan 40, de lunes a viernes. Los sábados y domingos y las horas extraordinarias no se contabilizan".
El salario por hora baja así a casi 4 euros. Pero cuando Said insistió en que le pagaran lo justo, el jefe le despidió inmediatamente, dice. No es el único problema en la productora de verduras Bio Cemosa, para la que ha trabajado Said. Said también ha visto cómo se aplicaban pesticidas sin ropa protectora. Después, los trabajadores ni siquiera podían lavarse, dice, porque no había lavabos ni retretes.
Bio Cemosa está al principio de una cadena de suministro que termina en las tiendas de Rewe, Lidl y Edeka en Alemania. Un número discreto en el envase de los tomates los identifica como productos certificados y significa "buenas prácticas agrícolas y sociales". Gracias a este número, es posible rastrear la cadena, desde el mostrador de verduras hasta la cooperativa del sur de España Biosabor y su socio Bio Cemosa.
La huerta de Europa, un lugar de miedo
La región meridional española de Almería está considerada la huerta de Europa. Enormes plantaciones de invernadero cubren una superficie de 45.000 campos de fútbol. Alemania es el principal cliente de la región, con el 30% de todas las exportaciones: sólo a los supermercados de Berlín y Brandemburgo llegan cada año tomates por valor de casi cinco millones de euros.
Pero aparentemente muy poco de este dinero llega a las decenas de miles de trabajadores de la cosecha, en su mayoría norteafricanos. José García Cuevas, del sindicato regional SOC-SAT, se ocupa de muchos de ellos. La malversación de los salarios es omnipresente, afirma, al igual que el desprecio por la protección de la salud. "Además, existe un sistema de miedo", afirma. "Sistemáticamente, los empresarios intimidan a sus trabajadores. Cualquiera que exija sus derechos es despedido inmediatamente". Este sistema funciona mejor cuanto más desprovistos de derechos están los trabajadores. En 2022, los inspectores de trabajo del gobierno regional descubrieron a trabajadores de la cosecha trabajando sin contrato en una de cada tres inspecciones.
Los trabajadores de la vendimia viven en chabolas
Una consecuencia directa de estas condiciones de trabajo: Unas 5.000 personas viven en chabolas. Viven en chozas hechas de palés de madera, piedras y palos, cubiertas con lonas de plástico usadas de los invernaderos. No hay agua corriente, la electricidad se toma del tendido eléctrico más cercano. "Tienes miedo del fuego, tienes miedo cuando llueve, tienes miedo del verano porque hace mucho calor. Toda la vida aquí te asusta", nos cuenta Youssef, que lleva 4 años viviendo así. Él también trabaja en los invernaderos y cosecha tomates. Pero los salarios son demasiado bajos para permitirse un lugar donde vivir.
La explotación de los trabajadores de la cosecha y su alojamiento inhumano no son los únicos problemas de Almería. Cada año hay que sustituir un tercio de las láminas de plástico que cubren los invernaderos: una superficie de 10.000 hectáreas, afirma Marcos Diéguez, de la organización española de protección del medio ambiente Ecologistas en Acción. Su organización ha comparado las cantidades de láminas de plástico para invernaderos recién compradas con los datos de las empresas de eliminación de residuos. Según éstos, sólo el 35% de las láminas acabaría en los vertederos profesionales. Sin embargo, una parte considerable del resto acaba en uno de los más de 300 vertederos ilegales conocidos.
El daño al medio ambiente y a los seres humanos es enorme: "El plástico se descompone con el sol, y el microplástico se esparce por todas partes. El viento y el agua lo transportan al mar. Entra en la cadena alimentaria y tarde o temprano nos lo comemos. Para mí, eso es peor que un vertido de petróleo", afirma Diéguez.
Los supermercados se hacen los despistados
Explotación salarial, desprecio de la salud y la seguridad en el trabajo, contaminación masiva del medio ambiente: Rewe, Edeka y Lidl se niegan a hablar de las condiciones de sus proveedores de tomate. Responden por escrito. Esas "condiciones no se conocen", escribe Edeka. Lidl y Rewe aluden a "inspecciones periódicas e independientes in situ", realizadas conforme a la "certificación GlobalGAP adecuada para la agricultura". Dicha certificación atestigua el cumplimiento por parte de las cadenas de supermercados de "normas medioambientales y sociales" entre sus productores de hortalizas.
"Esta es una respuesta que ya no se puede dar de esta manera con la ley de la cadena de suministro", juzga Miriam Saage-Maaß, abogada jefe de la organización de derechos humanos ECCHR. En su opinión, las condiciones de Almería vulneran la nueva ley de la cadena de suministro, en vigor desde enero. Con ella se pretende garantizar que los proveedores de las grandes empresas alemanas cumplan las normas sobre derechos humanos y medio ambiente. Además, las empresas están obligadas a realizar sus propios análisis de riesgos. "Y limitarse a decir que aquí tengo un certificado y basta, no puede ser la respuesta", afirma Miriam Saage-Maaß en una entrevista con rbb24 Recherche.
#4 Ésto es lo que cobran los productores por kilogramo. Se expresa en centimos de euro:
https://www.agropizarra.com/es/pizarra-subasta/agroponiente-la-redonda
En el eje vertical el producto. En el horizontal la calidad, en orden descendente, siendo los de la izquierda (menor numero) los de mejor calidad y suelen ser el menor volumen
#7 Buen dato, pero lo que deberíamos saber es si esos precios le permiten pagar bien a sus trabajadores, o sea, si cubren gastos
Los chinos también lo recibieron, y miran donde están ahora.
#4 ¿tú te crees que si ese tomate lo pagasen por lo que realmente cuesta se iban a meter en follones o los alemanes iban a poder pagarlos? La PAC se inventa para contener el precio de los alimentos, no para pagarlos en lo que valen. Si el productor se forrase no se estarían haciendo leyes para evitar que se pueda pagar por debajo de precio de producción.
Deberían subir mucho los precios de los alimentos básicos, todos deberíamos estar dispuestos a pagar lo necesario por la seguridad de los trabajadores
#2 Ya pagas lo necesario para la seguridad de los trabajadores, el medio ambiente y hasta para IVA al 21%, a quienes no les parece suficiente es a los de los supermercados que quieren más y más y más...y solo para ellos.
#3 y los productores?
#2 En Alemania, de donde es el artículo, se está vendiendo el tomate más barato a 3 y 4 euros el kg en el supermercado. No sé cuánto dinero se paga al productor, pero en teoría ese precio final debería permitir unos salarios justos. Creo que gran parte del problema es la falta de escrúpulos de muchos empresarios del sector.
#5 No consigo el balance de la empresa para ver si tiene beneficios anormales
#5 A 5€ y a 6€ en el dialprix de mi barrio. En Eggpaña, oiga.