Hace 3 años | Por Yorga77 a cuartopoder.es
Publicado hace 3 años por Yorga77 a cuartopoder.es

El intercambio telefónico de aproximadamente una hora entre el presidente Donald J. Trump y el secretario del Estado de Georgia, Brad Raffensperger, es un nuevo episodio en la escalada presidencial que pone a prueba la frontera entre la legalidad y la ilegalidad. Algunos expertos en geopolítica hablan de “frontier probing” o “tanteo de frontera” para referirse a las nuevas lógicas de agresión imperial del nomos de la tierra. De forma análoga, la razón de Trump transfiere esta modalidad arbitraria de la geopolítica al plano de la legalidad.

Comentarios

D

Interesante. Llevar al límite la legalidad hasta convertirla en instrumento partidista: "allí donde la legalidad se torna a disposición de un partido, el derecho se vuelve un arma en una guerra civil sin tregua".

Aquí llevamos unos años donde un supuesto y muy exigente constitucionalismo (de conveniencia, casualmente los partidos cuanto más fervientemente dicen defender la constitución más se olvidan de sus artículos más sociales) podría acabar resultando un veneno para la democracia. De hecho, para mí la respuesta de los partidos (mal)llamados contitucionalistas al conflicto catalán entra ya en ese supuesto, dicen que imponen el imperio de la ley pero en realidad imponen a ultranza su status quo judicializando la política, metiendo en la cárcel a los que deberían estar en una mesa de negociación si la intención fuera buscar una solución política.