Hace una semana, Twitter anunció que se volvería más agresivo en la persecución de trolls en su servicio, un movimiento que parece haber tenido algunas consecuencias imprevistas, a juzgar por la actual agitación en la comunidad búlgara de Twitter. Un número cada vez más grande e infeliz de personas han visto sus cuentas de Twitter suspendidas y sus mensajes filtrados fuera de las conversaciones, aparentemente por el delito de simplemente twittear en cirílico.
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