Aunque Yolanda tomó la decisión de morir dignamente en junio de 2020, los médicos le negaron varias veces el derecho a la eutanasia porque, según ellos, su salud y calidad de vida no estaban lo suficientemente deterioradas. De acuerdo con la junta de especialistas a cargo del caso, para autorizar el procedimiento Yolanda debía estar “completamente postrada en cama o usar silla de ruedas, su capacidad de hablar debía ser ininteligible, tenía que necesitar ayuda en todas las actividades de su vida cotidiana, e incluso debía ser incapaz de mastica
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