Hace 1 mes | Por Pacomeco a elpais.com
Publicado hace 1 mes por Pacomeco a elpais.com

En el curso 2023-2024, por primera vez los inscritos en estos campus (50,2%) han superado a los de la pública por su pujanza en el área de las ciencias sociales. Muchos gobiernos autonómicos les dan manga ancha, mientras racanean fondos a sus campus públicos, que dejan fuera a centenas de estudiantes deseosos de entrar en sus titulaciones.

Comentarios

jobar

Que muchas comunidades trata
y favorecen a las privadas como si fueran públicas no es nuevo.

Pero aquí creo que la universidad pública debería hacerse mirar la falta de oferta de máster online o semipresenciales y que
sí ofertan la privada, y que permiten compatibilizar estudios y trabajo.

No puede ser que precisamente la gente que necesita trabajar mientras estudia el máster porque no puede dedicarse a tiempo completo tenga que recurrir a la privada que encima es más caro, y mucha mas razon en los máster habilitantes.

Conozco varios casos en que la gente ahorra un año currando para pagarse el máster porque los horarios de la pública son incompatibles con sus trabajos.

Profesores universitarios me han dicho, que eso es así porque hay que ir a clase y que lo otro es un cachondeo. Bueno el que necesita el titulo para trabajar de lo suyo le da igual que sea un cachondeo o no, quiere el título, así que sí no espabilan y se actualizan a la pública van a ir solo los que puedan permitirse estar un año estudiando sin trabajar.

E

#3 más cuando la Universidad a distancia original... Es la UNED (pública)

jobar

#6 Y encima másteres como el de profesorado o de abogacía, que imaginate la de gente que lo necesita, solo ofertan 700 plazas por año cada uno en la UNED, claramente insuficiente y toda la gente que no entra ahí se va a la privada.

Cc #4

G

#7 Y el problema es que son las comunidades las que ofertan las plazas de los másteres habilitantes... abogacía, profesorado, Psicología...

m

#3: O que si quieren que nos matriculemos en mayo, que al menos nos presten una bola de cristal, que no todo el mundo sabe si en Septiembre tendrá disponibilidad horaria para las clases presenciales.

Yo no entiendo la afición que tienen en la #administración_pública para que la gente haga #prestidigitación.

Y entre tantos cursos de verano... ¿No podrían sacar algunos que te permitan sacar asignaturas poco a poco?
O sea, 6 créditos son 60 horas presenciales (más o menos), a 3 horas por día en 20 días lo tienes hecho, podrías sacarte sin mucho problema 4 asignaturas durante el verano.

Acémila

Lo están haciendo, como con la sanidad. Estamos viendo cómo lo hacen, en nuestra cara.
Y nada ni nadie se lo va a impedir.

G

"Pero aquí creo que la universidad pública debería hacerse mirar la falta de oferta de máster online o semipresenciales y que
sí ofertan la privada, y que permiten compatibilizar estudios y trabajo."
1. UNED

2. La privada no es educación es venta de títulos sin muchas complicaciones a precios de mercado.

Esku

Deberian rodar cabezas por esto (y por muchas otras cosas). Lo publico deberia ser sagrado y la maxima prioridad. Este tipo de jugadas va encontra del pueblo, por mucho que te traten de venderlo como algo positivo con palabreria barata cargada de malas intenciones.

d

Normal. No todo el mundo tiene nota para una universidad de verdad así que a pagar toca por comprar tu título
Unos se esfuerzan estudiando y otros pagando

Luego serán los primeros los que trabajen para los segundos.

Pacomeco

A mediados de julio, en la Comisión delegada de la Conferencia General de Política Universitaria ―que reúne a los directores generales con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades― se expuso el número de plazas de grado o posgrado oficial (no títulos propios) que van a ofertar las universidades el próximo curso (2024-2025) y los resultados son sorprendentes: el 63% de la disponibilidad en máster se concentra en los campus privados. “Con este reparto ya tienen la mayor cuota de mercado. Ahora lo que necesitan es atraer a los clientes. Tienen el espacio para correr”, resume un experto universitario.

Cierto es que muchas universidades privadas, 11 menos en funcionamiento que las públicas, piden más asientos de la cuenta por si lograsen llenar; pero también es verdad que muchos gobiernos autonómicos les dan manga ancha, mientras racanean fondos a sus campus públicos, que dejan fuera a centenas de estudiantes deseosos de entrar en sus titulaciones. Aunque el deseo de impartir una enseñanza personalizada y de calidad frena también a veces a los rectorados a la hora de ampliar cupo.

El curso pasado (2023-2024), por primera vez en la historia, los matriculados en posgrados oficiales privados superaron a los de la pública: 145.300 (el 50,2%). Una diferencia mínima en porcentaje, que no se corresponde con ese 63% de las plazas disponibles en sus manos. “Hace año y medio los fondos de inversión decidieron centrarse en la FP Superior, pero ahora han vuelto a interesarse”, explica un ejecutivo que busca pelotazos. Las cifras reafirman el porqué. Aunque el crecimiento de matriculados tendrá que frenarse porque el decreto que criba la calidad de las universidades ―que hay que cumplir para no cerrar― fuerza a que la mitad de los estudiantes sean de grado. De esta forma el Gobierno ha intentado parar el enorme negocio de muchas privadas online que son como un chiringuito que oferta formaciones no regladas y de calidad dudosa.

“Se empieza a priorizar las universidades privadas y a haber una lógica concertada, dando subvenciones a las privadas”, argumenta Carles Ramiò, exvicerrector de Planificación de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (pública). “Ya no es simplemente que las privadas hagan negocios, no, es ayudarlas. Veo que ya es una dinámica absolutamente estructural, es terrible, porque si una cosa ha funcionado bien en España es la Universidad. Todas las públicas, hasta las más mediocres, han funcionado bien y son buenas. Con el poco dinero invertido, los resultados son excelentes”. La prueba es que su producción científica, medida en infinidad de métricas, está muy por encima de su nivel de financiación.

En una década, los matriculados de máster en centros privados se han casi triplicado, desde los 55.000 de 2015. La clave está en la enseñanza online. Mientras las instituciones públicas solo acogen a 12.000 inscritos en esta modalidad, en la privada alcanzan los 90.700. Y, sobre todo, en la sobredimensionada oferta del área de conocimiento de ciencias sociales y jurídicas (son 7 de cada 10 inscritos en la privada y el 60% de la tarta total de oferta de posgrados).

Para ejercer de profesor o de psicólogo sanitario se exige un máster habilitante y las públicas, con un coste mucho menor y casi siempre más prestigio, no pueden asumir ni de lejos esa demanda, con hasta 10 solicitudes por asiento. En ciencias de la salud hubo este curso 6.000 matriculados más en la privada y 34.000 en ciencias sociales, pero cierra la brecha que tienen pocos alumnos en humanidades, ciencias e ingenierías, que requieren en muchos casos más medios para impartirse o resultan menos rentables.

Las diferencias de oferta privada entre autonomía son abismales. Para empezar, cuatro autonomías no albergan universidades privadas (Baleares, Asturias, Extremadura y Castilla-La Mancha) y otras están arrancando. Eso explica que solo el 2% de las plazas de posgrado ofertadas en Andalucía sean privadas: solo hay una en funcionamiento (Loyola), dos empezarán las clases en los próximos dos cursos y el 24 de julio pasado se aprobaron dos. En total, cuatro nuevas en 10 meses.

La todopoderosa UNIR, a distancia, acapara casi todas las plazas de La Rioja: en el curso 2023-2024 matriculó a 45.000 estudiantes en posgrado frente a los 600 de la pública homónima (Unirioja). Esta temía que UNIR comenzase a ofrecer titulaciones presenciales en la región, pero la privada se ha comprometido a no hacerlo sin su visto bueno.
La agilidad de las privadas

En Madrid, donde los centros privados doblan a los públicos (6 frente a 13) y se concentran el 20% de los estudiantes de posgrado de España, el Gobierno autonómico ha dejado el 69% de estas plazas en manos de las privadas, no todas de calidad. A los rectores de la pública les preocupa sobre todo su infrafinanciación, pero también la apuesta regional por la privada. Los estudiantes optan por sus facultades claramente en grado ―muchas privadas se nutren de los alumnos que no entran en la pública― y algo menos en máster. Las privadas, con menos burocracia, son más ágiles en ofrecer estudios que reclama el mercado y eso les hace muy atractivas.

“El mapa global está disparatado. Se está creando una burbuja particularmente grave, que va a estallar seguro en 5, 10 o 15 años. Arrastrará a las privadas y luego a las públicas”, aseguró la rectora de la Autónoma de Madrid, Amaya Mendikoetxea, en un acto en Madrid el pasado abril. “Estoy a favor de las privadas de calidad que investigan”.

tucan74

#1 muy interesante tu breve comentario.

R

Todo está genial, yo soy el primero que priorizo cualquier servicio público. Pero, teniendo en cuenta la titulitis en España, y que las prácticas ofrecidas en las escuelas/universidades públicas son un chiste y, la mayoría de veces, no están enfocadas en contratar a la persona en prácticas, es normal que la gente apueste por la privada. Al fin y al cabo, tienen contratos con mejores empresas y, se suelen contactar a aquellas que están dispuestas a contratar, una vez que acaben las prácticas.
Quiero decir con esto, que pueden dotar a las universidades públicas de todos los medios que quieran, que si luego las ofertas laborales son una mierda, nadie va a querer estudiar allí en el futuro (y si se lo puede permitir).
Aparte, que parece que la pública es gratis, pero no sale mucho más barata que yendo a la privada directamente y, en estas, tienes un servicio mucho más personalizado.
Una pena, pero es la realidad...

m

#5: Pero no siempre se buscan ofertas con empresas, a veces es cumplir con los requisitos de #titulitis que hay de cara a acceder a algunos trabajos.