“Mis crímenes no eran solamente para sacar un beneficio económico, sino que estaba motivado por un momento de frenesí erótico, que me conducía a matar para satisfacer mis irrefrenables deseos”. La confesión minuciosa y sin emoción de Karl “Fritz” Haarmann ante el tribunal, dejó estupefacta a la sala. Durante seis años las autoridades habían querido dar caza a uno de los psicópatas alemanes más buscados.
Comentarios
Podrian haber ajusticiado a Hitler en vez de al vampiro... comparativamente nos hubiera salido mejor