Hace 1 año | Por japego a as.com
Publicado hace 1 año por japego a as.com

La ciudad olímpica de Lausana presenció un podio de lujo en la octava etapa del Tour de Francia. Allí, frente a su reputado estadio, se había montado una meta en subida, en un puerto catalogado de tercera, en un escenario lo suficientemente exigente para eliminar a los velocistas puros y para plantear una batalla entre clasicómanos y vueltómanos, que a veces son los mismos, sobre todo en el caso de Tadej Pogacar, que se aclimata a cualquier terreno.