Hace 4 años | Por FenixHunter a elcolombiano.com
Publicado hace 4 años por FenixHunter a elcolombiano.com

Los mismos pies que cruzaron la frontera sin rumbo alguno se aferran ahora a una cordillera extraña repleta de arbolitos. Las botas pantaneras que cubren los pasos extranjeros se plantan con firmeza dentro de los cafetales que adornan la montaña como si estuviera peinada con rizos. La única certeza en el exilio es que hay que pelear cada día como el último para sobrevivir y alimentar la esperanza que los mantiene firmes: poder regresar. Para los migrantes venezolanos que llegaron a engrosar los batallones de chapoleros en el Suroeste ....

Comentarios

D

El podemita sabe que son venezolanos riquísimos que lo hacen por matar el ocio