Hace 2 años | Por --694943-- a elpais.com
Publicado hace 2 años por --694943-- a elpais.com

El día que Anthoni cumplió 18 años estaba viviendo en casa de la familia de un amigo y compañero del curso de electromecánica de vehículos del centro de Formación Profesional Barajas donde estudiaba en Madrid. “No hice nada especial porque no tenía dinero. Dimos una vuelta por la calle y ya está”. Su padre le había echado de casa tres semanas antes. Le dijo que se buscara la vida.

Comentarios

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Que raro que sus compatriotas residentes en el barrio de Salamanca no acudan en su ayuda. ¡Con lo que les preocupa Venezuela y los venezolanos!

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#1 y no va a abrazarlo el fascista Albert Rivera.
No lo van a meter en su casa todos los fascistas PPsunos y Voxmitivos, que éstos son sus inmigrantes buenos

La alegría le duró poco. Seis meses después de llegar, la convivencia empezó a tensarse. El chico necesitaba dinero para transporte, libros o simplemente salir con los amigos. “Mi padre empezó a decirme que no me iba a dar nada, que me buscara la vida”, lamenta. En junio de este año le echa definitivamente de casa. “Plasta de mierda, recoge tus cosas y sal de mi casa”, le increpó.

Esta vez no había amigos que le pudieran acoger. Tenía la edad legal para trabajar, pero no el permiso de empleo porque su padre no le había regularizado


Pedirle al hijo que se busque la vida sin regularizarlo dice mucho y nada bueno del padre.