Hace 6 años | Por enedenoticias a ctxt.es
Publicado hace 6 años por enedenoticias a ctxt.es

El sucedido data de hace más de dos años. Pero los clásicos no pasan de moda. Estaba por ahí, entre mis apuntes, esperando el momento para asaltarme otra vez por la espalda: “Pensionista ofrece 5.000 euros a empresa para que contrate a su hijo en paro, cualificado, responsable y trabajador. Buen expediente profesional, según contrato cantidad negociable”. Es un anuncio por palabras publicado en El Heraldo de Aragón, el 28 de agosto de 2015. El anuncio, por supuesto, devino en noticia. “Mi hijo está desesperado”, explicaba al Heraldo días...

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... después su autor –a quien se convino en llamar Antonio, así lo querría él, para no desvelar su verdadero nombre–. “Como padre, no puedo ver su dolor sin hacer nada. Puede que el anuncio me haga parecer indigno pero hace tiempo que perdí la vergüenza”.

Antonio, de sesenta y muchos años, ejerció toda su vida como abogado, la mayor parte para la administración pública en Huesca, y ya estaba jubilado; el hijo del que habla el anuncio era el quinto suyo, el más pequeño, de 39 años y con un niño a su cargo: había trabajado de informático y de administrativo, hacía tiempo que estaba en paro y se le acababan las ayudas (de la administración pública). Antonio no veía salida, quería ayudar a su hijo, así que se le ocurrió lo del anuncio (la desesperación es sumamente creativa). Lo que pretendía, matizaba también al periódico, no era más que “una colaboración económica. Una ayuda para que mi hijo pueda formar un negocio en el futuro o participar en uno ya existente”. Añadía también que había ayudado a crear “muchos puestos de trabajo” a lo largo de su carrera; que lo fácil hubiera sido pedir algún favor –de vuelta–, pero que no le parecía ético. Su hijo se enfadó “mucho”, decía, cuando se lo confesó, el anuncio ya publicado. Antonio lo había escrito y enviado sin decirle nada.

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Pero... ¿Pedro, encontró o no encontró trabajo? Me he quedado con la intriga!