La soledad es una de las secuelas asociadas a la pandemia. No es que en estos meses haya crecido el número de personas que viven sin ningún tipo de compañía, que también, sino que incluso entre quienes han elegido ese modo de vida se ha instalado la sensación de abandono, de no tener a alguien cerca, de que nadie toque a tu puerta, de no recibir una llamada, de no disfrutar de un encuentro cara a cara con el que aliviar esa pesada carga de horas y de días. Resulta chocante hablar de soledad en este mundo con ventanas en forma de pantalla
Comentarios
No verás a un solo medio de comunicación hablando de los suicidios.
#2 No conviene. Cada suicidio es un cliente menos.
#2 Es por la noción, relativamente errónea, de que hablar e informar sobre suicidios aumenta el porcentaje de suicidas. Y esa media verdad es muy conveniente para toda la grupe de gente a la que, bueno, en realidad es que le dan igual los suicidas. Al fin y al cabo, el suicidio es una enfermedad social, suele estar vinculado con no tener redes de apoyo, ser menos religioso, menos familiar o menos sociable. Alguien está triste y se le califica de tóxico y se le aleja la gente en desbandada. El suicidio es, muchas veces, el resultado de la convergencia de muchas faltas de cuidados consecutivas. Algo que hemos alimentado entre todos y que seguimos alimentando.
En fin.
¿Es cosa mía, o falta artículo? Sólo veo un párrafo, parece sólo una introducción...
Lloriqueos del que no se aguanta a sí mismo, y necesita que otro le entretenga para olvidarse de sí mismo. Penoso.
El confinamiento lleva esa soledad incluso a los hogares familiares en los que cada uno de sus miembros se cobija en un rincón de la casa con su móvil, tablet u ordenador. ¿Podemos hablar de microsoledades?
#1 esa soledad ya estaba ahí antes de la pandemia. Y buena parte de la de los mayores, también.
#3 Eso es cierto, pero las personas mayores que disponen de gente (hijos, nietos, vecinos) que les hagan las compras de las necesidades básicas llevan meses sin salir a la calle.
Que la soledad sea un "virus" es una acepción cultural. Para mi, es un lujo.