Hace 10 días | Por Quinqui a altairmagazine.com
Publicado hace 10 días por Quinqui a altairmagazine.com

En el territorio de Aponte, en los Andes colombianos, viven cuatro mil indígenas ingas. A finales de los 80 abandonaron su agricultura, plantaron inmensos campos de amapolas para heroína y ganaron mucho dinero. A cambio pagaron un impuesto en sangre: el despliegue del narcotráfico, la ocupación de las guerrillas, los ataques paramilitares y las invasiones

Comentarios

N

Un artículo, en dos partes muy bien contado y que refleja una realidad muy alejada de la nuestra. Épica de hoy. Debería llegar a portada.

N

Por cierto, las etiquetas no reflejan ni el cuerpo ni la complejidad del artículo. Un saludo.