Al final se juntó el hambre con las ganas de comer. Dos cándidos candidatos dos, hambrientos de poder, muy de derechas los dos. Por un lado tenemos a la Txintxeta mecánica, Sorayita, apocopada, sin su CNI, con el que poder hacer la puñeta a quien se meta con sus intereses. Por la otra banda tenemos al candidato joven-viejo, que es el más carca de todos, que extraña por su juventud, que sea tan retrógrado, casposo y rancio. Ha ganado la primera vuelta Soraya, pero lo ha hecho por un estrecho margen. La susodicha ha …