Los recuerdos se encuentran entre los «objetos» más escurridizos y maleables del cerebro humano. Nunca estés absolutamente seguro de que eso que recuerdas pasó tal y como crees. Nada mejor para comprobar la fragilidad de un recuerdo que reencontrarte con un amigo de la infancia y revivir juntos algo que compartisteis. La historia estará repleta de añadidos propios de cada cosecha, lo que cada uno de vuestros cerebros ha quitado, o enriquecido.
El ejemplo más claro de lo que comenta el artículo es cuando discutes con tu parienta y ella te cuenta lo que has dicho o hecho de forma totalmente fabulada....
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El ejemplo más claro de lo que comenta el artículo es cuando discutes con tu parienta y ella te cuenta lo que has dicho o hecho de forma totalmente fabulada....