Cada vez se están multiplicando más las voces críticas sobre la industria del hidrógeno verde en Magallanes, que haría de Chile un polo estratégico mundial de esta “energía del futuro”. Todas dicen la misma cosa: el problema no radica en la tecnología en sí, ni se trata solo de una cuestión regulatoria, lo que se cuestiona es el modelo de país que orienta las decisiones, una vez más, privilegiando el desarrollo de una industria construida con capitales extranjeros por sobre los derechos de las comunidades y los territorios.
Comentarios
Antes de pensar en exportar hidrógeno se deberían cubrir las necesidades nacionales de cada país. Moverlo de un lado a otro es complicado y caro.