Los problemas de pareja van muchas veces de la mano de falsas creencias o sesgos cognitivos que nos hacen desconfiar en la otra persona. Tanto en el amor como en las relaciones de amistad nuestro cerebro a veces nos juega malas pasadas. Conocer la forma en la que procesa esa información nos puede ayudar a mejorar nuestros hábitos de confianza y mejorar las relaciones interpersonales del tipo que sea.
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