Aquella noche en que un pitido cruzó los cielos cambió para siempre la historia humana. El 4 de octubre de 1957, desde un remoto y hermético polígono de Kazajistán, despegó un cohete R-7 Semiorka con un artefacto esférico de apenas 58 centímetros de diámetro y 83,6 kilos de masa: el PS-1, el Prosteishi Sputnik, literalmente el satélite más simple. Su llegada a la órbita inauguró la Era Espacial y encendió una emoción colectiva difícil de repetir.
|
etiquetas: sputnik , lanzamiento , historia