Cada vez existe más consenso de que el actual fenómeno climatológico podría alcanzar una dimensión similar al que se registró en 1997-1998."Si eso sucede, veremos una transferencia dramática de calor de las aguas del oeste del Pacífico a las del Pacífico central y oriental. En esas condiciones es cuando puede alterar los patrones de temperatura y precipitaciones en todo el planeta", apunta Patzert.
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