El 21 de marzo del año 1520 se colocaron en las hornacinas que el acueducto de Segovia tiene en su zona más esbelta dos estatuas que representaban a la Virgen María y a San Sebastián. La elección de las mismas no fue casual. Antonio de la Jardina, ensayador de los metales de la real casa de moneda de Segovia, establecida por Enrique IV en 1455, fue quien llevó a cabo, a expensas suyas, aquel proyecto por su devoción a la madre de Dios y a su santo patrón. Se muestran videos de su historia y como han evolucionado en el tiempo.
Comentarios
¡Muy molón, #0! Gracias por el envío.
Yo prefiero la del diablillo que los abogados ultra radicales inquísito cristianos quisieron destruir.
https://elcorreodeburgos.elmundo.es/articulo/cultura/diablillo-segovia-absuelto-pecados/20201024142727368972.html
#2 muy interesante. Gracias por el enlace.
No lo conocía.