Publicado hace 9 años por tiopio a unalupasobrelahistoria.blogspot.com.es

El arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, desposee al muñeco de la corona, el conde de Plasencia le quita la espada, el de Benavente lo hace con el cetro y al final, para dar mayor dramatismo a la grotesca escena, el hermano del conde de Plasencia derribó el muñeco a la vez que gritaba: “A tierra, puto”. Aquella farsa dio lugar a una rebelión de la nobleza contra la corona que tuvo consecuencias muy importantes para la posteridad.