Hace 1 año | Por imparsifal a revistamercurio.es
Publicado hace 1 año por imparsifal a revistamercurio.es

Wells ha encontrado la manera de contar aspectos de una época anterior a que internet cambiase las formas de la soledad y la idea del mundo de todo el mundo, incluida la jungla habitada más remota. Durante los últimos años hemos disfrutado con la recuperación de la estética y las mitologías de los años 70, y ha sido una recuperación global porque los movimientos de la década implicaron a todos los continentes de manera profunda

Comentarios

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me pregunto si el éxito de Aftersun también obedece a lo poco que cuesta —salvo a un Herodes, claro— empatizar con la impotencia, la inmadurez, la sensibilidad a flor de piel de los niños
Como decía Chejov, hasta el lugar más miserable se hace mucho mejor si hay niños. No es el caso de Aftersun. Más allá de la técnica y cinematografía, la virtud de la película está en mostrar la depresión como un enemigo silencioso, del cual, por instinto de supervivencia, naturalmente intentamos seguir adelante. El personaje de la película ha sido capaz de tener una pareja, tener una hija, amar su hija, haber tenido ocupaciones en la vida, tener metas, irse varias veces de vacaciones, etc. pero al final la depresión gana la batalla. El hecho de que la hija, siendo niña, no se haya dado cuenta del drama constante del padre para poder ayudarlo, seguramente generó el mayor de los sentimientos de culpa en ella; de ahí las escenas en apariencia ridículas y forzadas con ella de adulta.

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Madre de dios, que bodrio, en serio, de lo peor que he visto nunca