Hace 1 mes | Por pozout a sport.jotdown.es
Publicado hace 1 mes por pozout a sport.jotdown.es

El dilema se hizo especialmente asfixiante en el Reino Unido. Británicos y estadounidenses llevaban casi un siglo siendo aliados después de años de desconfianza mutua. La nueva inquilina del 10 de Downing Street, la conservadora Margaret Thatcher, tenía claro que no podía dejar en la estacada a Carter y presionó con todas sus fuerzas al Comité Olímpico para que anunciara formalmente el boicot. El problema para Thatcher era que las presiones políticas en un estado como Reino Unido tienen un alcance limitado: la dama de hierro sopló y sopló pero