El escultor francés Daniel Druet reclamaba que se reconociera su autoría en las obras del artista conceptual italiano Maurizio Cattelan. El juicio inquietaba al mundo del arte, preocupado por una decisión que amenazaba con trastocar un mercado muy poderoso
La sentencia es muy relevante, bien motivada, y profundamente interesante.
Las obras son de Cattelan, ya que él creó el concepto y el conjunto que les da sentido a las mismas. En este caso, Druet sería un mero ejecutor de parte de una obra ajena, con lo que no le corresponderían derechos de autor, de la misma manera que a una fundición no le corresponden derechos de autor por la ejecución de una escultura en metal diseñada por un tercero.
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La sentencia es muy relevante, bien motivada, y profundamente interesante.
Las obras son de Cattelan, ya que él creó el concepto y el conjunto que les da sentido a las mismas. En este caso, Druet sería un mero ejecutor de parte de una obra ajena, con lo que no le corresponderían derechos de autor, de la misma manera que a una fundición no le corresponden derechos de autor por la ejecución de una escultura en metal diseñada por un tercero.
Especulación y ahora de encargo.