Publicado hace 7 años por --536552-- a blogs.elconfidencial.com

Dios y la ultraviolencia salvaron a Anthony Burgess. Dios en 1960 y la ultraviolencia en 1971. Primero vino Dios a verlo y luego lo llamó Stanley Kubrick. Los cinéfilos quizá confundan ambas apariciones. Anthony Burgess forma parte del triste batallón de buenos escritores que están condenados al olvido. Ahora mismo es como si se sostuviera del acantilado de la inmortalidad con una sola mano.