El Infante Don Pedro era hijo de Enrique II de Castilla. Sus restos se trasladaron a la Catedral de Segovia hace 461 años, a una tumba individualizada. Con motivo de la restauración de la tapa del sepulcro, se abrió y se comprobó qué había dentro de la tumba. Y se encontró -ya se sabía- con el cofre que conserva los restos. Pero también se halló una espectacular blusa de seda, un cinturón y un faldón, todos ellos en muy buen estado. Ahora se restaurarán estas telas, que podrán ofrecer más detalles sobre la historia del infante Don Pedro
Comentarios
Por eso dicen siempre las madres que no salgáis de casa sin calzones limpios, 500 años en el futuro os pueden sacar los colores
Debe haber un momento en el que el "sacrilegio de abrir una tumba" se convierte en "arqueología", pero no se que momento es ese...