Hace 2 años | Por Ratoncolorao a menshealth.com
Publicado hace 2 años por Ratoncolorao a menshealth.com

Los casoplones de Errol Flynn, de Douglas Fairbanks, del propio Chaplin eran el escenario del desparrame. En el podio de los casos más conocidos está aquel elegantísimo Flynn, rey de las orgías, alcohólico y de incansables apetitos sexuales. Simpático a rabiar, tocaba el piano en sus fiestas con su inmenso miembro mientras conminaba a las presentes a mantenerlo erguido. Sus excesos le pasaron factura cuando dos menores le denunciaron por violación.

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Delapluma

Si queréis leer esto con detalle, un libro: Hollywood Babilonia. Imprescindible. ¿Recordáis la revista "Secretitos" de la cinta L.A. Confidential, esa que teclea el Danny deVito, "confidencial, en voz baja y muy secretito"? Pues existió de verdad. Se dedicaban a sacar los trapos sucios (infidelidades, excesos sexuales, drogadicción) de las estrellas e incluso a chantajearlas, obligándoles a pagar cantidades inmensas para que sus "travesuras" no salieran a la luz. Haciendo gala de la doble moral que les caracteriza, el pueblo norteamericano era capaz de hundir en la miseria al actor o actriz que salía en las páginas de Secretitos para "castigarle" por su inmoralidad, pero la misma revista que aireaba esas mismas inmoralidades se agotaba en todas las tiradas. La revista iba viento en popa... hasta que se metieron con quien no debían. Una pelirroja con todas las consecuencias llamada Maureen O´Hara.

Resulta que la citada recibió una llamada diciéndole que tenían fotos comprometedoras de ella y que, si no pagaba, las publicarían. Harta de que las estrellas tuvieran que plegarse a los caprichos de un vendedor de porquería sensacionalista, la O'Hara se negó. Y Secretitos publicó un reportaje muy jugoso en el que aseguraban que había sido vista en el palco de un famoso cine de Hollywood (daban el nombre) junto a un actor hispano. Concretamente, tumbada en el regazo del actor hispano y sobre dos asientos más. La revista contaba con el testimonio del acomodador, de una vendedora de cigarrillos y de varios espectadores que no se habían enterado ni jota de la película que ponían en el programa, pero vaya si habían estado atentos al asunto que se traían la actriz y su acompañante de quien, decían, no se habían visto las manos durante toda la proyección porque estuvieron siempre bajo el vestido de Maureen. ¿El problema? Que era mentira. Y O'Hara lo sabía, claro está, y con sus coj... colorados, los llevó a juicio por difamación.

En el juicio, hubo de pasar por la vergüenza (sólo en Norteamérica) de que se pretendiese reconstruír la postura en la que, supuestamente, se la había visto con el actor, para probar si era o no posible mantener relaciones sexuales completas de aquella guisa. Pese a las protestas del abogado de la actriz y el escándalo de las señoras que formaban parte del jurado, se consiguió que la defensa de la revista llevase a cabo tan denigrante espectáculo con actores, en un intento de probar que sí era posible. Sin embargo, la O´Hara tenía su as en la manga: su pasaporte. Documento que probaba que, en las fechas citadas en la revista, ni siquiera estaba en Estados Unidos, sino en España rodando Málaga. No sólo tuvieron que pagar una indemnización millonaria a la actriz, sino que Secretitos perdió toda su credibilidad y abrió la veda a nuevas demandas por parte de las estrellas. Su dueño, poco antes uno de los hombres más temidos y odiados en Hollywood, acabó arruinado y suicidándose apenas un año más tarde.