El éxito de Ready Player One, de Ernest Cline, ha abierto el melón de la literatura que no le tiene miedo a Internet ni a su cultura. Las novelas tradicionales no se han atrevido hasta hace poco a abrazar al "enemigo" -antes la televisión, ahora Internet-, pero cada día está más claro que Internet está aquí para quedarse.
Todavía sigo divagando sobre si Ready Player One funciona porque la historia es básicamente "Los Goonies VR" o por la enorme cantidad de referencias ochenteras metidas con calzador. Va a ser interesante la traducción al cine con tanta referencia registrada.
#1 RPO es, como libro, un gigantesco truño timo. Si lo despojamos de sus artificios, la historia no deja de ser una muy sosa renovación de Charlie Wonka y la fábrica de chocolate con un poquito del emperador de todas las cosas de Campbell y otro poquito de chico-conoce-a-chica para rematar. Literatura juvenil masturbatoria de toda la vida.
Ahora, con el mogollón de referencias frikis metidas a presión, el jodío del autor se asegura otro público target y lo peta: los cuarentones nostálgicos de los ochenta. Pero básicamente el libro es mucho ruido y muy, pero que muy poquitas nueces.
Y el siguiente ya es la pera: el tío ha fusilado The last starfighter, ha añadido otra vez mogollón de frikireferencias y a dormir. A vosotros no sé, a mí no me engaña más.
Comentarios
Todavía sigo divagando sobre si Ready Player One funciona porque la historia es básicamente "Los Goonies VR" o por la enorme cantidad de referencias ochenteras metidas con calzador. Va a ser interesante la traducción al cine con tanta referencia registrada.
#1 referencias ochenteras, fijo...
La historia me iba gustando, pero cuando me dí cuenta que estaba en "Tomb of horrors", me enamoré del libro.
#2 Ahí mismo me he quedado esta mañana, dandole caña al Lich
#1 RPO es, como libro, un gigantesco
truñotimo. Si lo despojamos de sus artificios, la historia no deja de ser una muy sosa renovación de Charlie Wonka y la fábrica de chocolate con un poquito del emperador de todas las cosas de Campbell y otro poquito de chico-conoce-a-chica para rematar. Literatura juvenil masturbatoria de toda la vida.Ahora, con el mogollón de referencias frikis metidas a presión, el jodío del autor se asegura otro público target y lo peta: los cuarentones nostálgicos de los ochenta. Pero básicamente el libro es mucho ruido y muy, pero que muy poquitas nueces.
Y el siguiente ya es la pera: el tío ha fusilado The last starfighter, ha añadido otra vez mogollón de frikireferencias y a dormir. A vosotros no sé, a mí no me engaña más.