Publicado hace 4 años por doctoragridulce a blogs.elconfidencial.com

Una librería es una barrera natural entre la democracia y la barbarie. No es un local donde venden libros como podrían vender sillas, sino el punto de contacto de la sociedad con sus libreros. Si el librero hace bien su trabajo -y hay miles muy entregados- servirá a la expansión de los buenos libros con más fortuna que los suplementos culturales y los planes de fomento de la lectura. La librería podrá ser pequeña o grande, bonita o cutre, pero su valor siempre se cifrará en la categoría de su librero.