Hace 3 años | Por Janssen a detectivesdeguerra.com
Publicado hace 3 años por Janssen a detectivesdeguerra.com

Hitler y la cúspide del Tercer Reich fueron impotentes frente a hojas de papel en las que el lápiz de un talentoso dibujante los exponía sin piedad al ridículo, mostrándolos de una manera estúpida y ofensivamente cómica. Tal es el poder asesino de la sátira, de los que no puede salvar ni proteger miles de bayonetas y cañones de los ejércitos más poderosos. La comprensión de su propia impotencia enfureció al Führer. Quizás por eso Hitler anunció un alto premio por la cabeza de algunos satíricos.