Café Society, sin llegar a presumir de ese distinguido sello que caracteriza a las mejores obras del neoyorquino, sí puede jactarse de ser una película que destaca por su inusitada belleza, que sutiliza su mordacidad, tenue e inteligente, para hablar sobre los efectos imperceptibles e inesperados que produce el tiempo, las secuelas de pertenencia a uno u otro estamento social, y el desgaste de los sueños de la juventud.
Una película artísticamente perfecta, impoluta, pero que cojea en dos cuestiones imprescindibles: los actores protagonistas (él y ella, son ambos más malos que un cáncer de páncreas) y el guión (aburrida, lenta y trillada historia sobre amores y vidas entrecruzadas). Allen siempre es capaz de robarte unas risas, pero en esta ocasión esas risas no valen el resto del viaje, que acaba resultando tan visualmente genial como tedioso e intrascendente.
#2 Estoy de acuerdo en lo del guion. En cuanto a los actores, a pesar de que cada uno de ellos arrastra una horda ingente de detractores, no lo hacen mal. Kristen Stewart parece una diva, triste y difuminada; y Eisenberg tiene un arco emocional sutil y perfectamente interpretado.
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Una película artísticamente perfecta, impoluta, pero que cojea en dos cuestiones imprescindibles: los actores protagonistas (él y ella, son ambos más malos que un cáncer de páncreas) y el guión (aburrida, lenta y trillada historia sobre amores y vidas entrecruzadas). Allen siempre es capaz de robarte unas risas, pero en esta ocasión esas risas no valen el resto del viaje, que acaba resultando tan visualmente genial como tedioso e intrascendente.
#2 Estoy de acuerdo en lo del guion. En cuanto a los actores, a pesar de que cada uno de ellos arrastra una horda ingente de detractores, no lo hacen mal. Kristen Stewart parece una diva, triste y difuminada; y Eisenberg tiene un arco emocional sutil y perfectamente interpretado.