La economía neoclásica arguye que mediante la competencia el bienestar social alcanza su máximo, pues los bienes escasos se utilizan de la manera más eficiente en sus diferentes usos y no hay una manera de estar ‘mejor’ sin afectar al menos a uno de los agentes. Pero existen la externalidades, actos de una empresa que afectan a otras, y no obstante, no pagan por ello.
No importa, el mercado es el dios supremo de la economía. Y si los gobiernos quieren poner trabas medioambientales, también le sacaremos partido, por ejemplo, negociando con los derechos de emisión de CO2.
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No importa, el mercado es el dios supremo de la economía. Y si los gobiernos quieren poner trabas medioambientales, también le sacaremos partido, por ejemplo, negociando con los derechos de emisión de CO2.