Annemarie Schwarzenbach y Ella Maillart detestaban la violencia y nunca les convenció su presunta omnipresencia. A estas dos no les gustaban las afirmaciones categóricas, los callejones sin salida. Les atraían más los caminos. En un pasado cercano, en 1939, casi ochenta años atrás, cuando Europa estaba a punto de enloquecer arrastrada por la violencia que la llevaría a la Segunda Guerra Mundial Annemarie y Ella optaron por la huida. Estaba decidido: su destino sería Oriente, irían en coche, la ruta empezaría en Suiza y acabaría en Afganistán.
Comentarios
Les dices melafo y te meten un meco que pa qué.
#1 Na, como mucho te acusarían de necrofilia, ambas están muertas.