Hace 4 meses | Por imparsifal a altairmagazine.com
Publicado hace 4 meses por imparsifal a altairmagazine.com

Entraremos por esa boca de alcantarilla que se abre sobre el asfalto en una calle poco transitada cerca del centro. Es una de las miles de esclusas, grutas y puertas de servicio por las que acceder a lo que Walter Benjamín nombró como ciudad subterránea, la sombra gemela y prohibida de la París superficial.