Cuenta la tradición que a principios del siglo XIII vivían en Teruel los jóvenes Juan Diego Martínez de Marcilla e Isabel de Segura, descendientes de familias muy principales. La vecindad de ambas casas y el trato constante desde la infancia, se convirtieron con el tiempo en un profundo amor mutuo. Entonces Juan Diego solicitó a D. Pedro Segura, padre de Isabel, la mano de su hija.
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Los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él.
La versión musical