En su afán cientificista, junto al título, plantaron en rojo: Estudio psico-sociológico con dibujos y fotograbados del natural. Mostraban retratos de ellos (algunos muy sucios para que se viera bien la mugre del mal vivir) y dibujos que simulaban los tatuajes que habían encontrado en la piel del hampa. Los dividían en «especies» y utilizaban palabras de la biología para que este trabajo pareciera salido de un laboratorio: «Podemos considerar al golfo como protoplasma de la mala vida». Pero poco rigor tenía aquello.
Le ponían paños mojados en la frente, le ofrecían todo tipo de cuidados. Hacían una réplica de un parto, con todo su tensión y sus alaridos de dolor. Después de un rato, la supuesta parturienta alumbraba un muñeco y el doctor lo presentaba a todos los asistentes. Todos gritaban de alegría. Sacaban el vino para celebrarlo y empezaba la fiesta de verdad.
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Le ponían paños mojados en la frente, le ofrecían todo tipo de cuidados. Hacían una réplica de un parto, con todo su tensión y sus alaridos de dolor. Después de un rato, la supuesta parturienta alumbraba un muñeco y el doctor lo presentaba a todos los asistentes. Todos gritaban de alegría. Sacaban el vino para celebrarlo y empezaba la fiesta de verdad.
Cientificista...100tifiko fijo...