Llamamos guilty pleasures a lo que con la lengua del Imperio perfectamente podríamos llamar placeres culpables. Se trata de pequeñas cosas por las que no iremos ni al infierno ni a la cárcel, pero que nos avergüenza reconocer en público, por la razón que sea, normalmente por miedo a no obtener la aprobación de los demás o que estos se rían de nosotros. Una posible clasificación de estos placeres es la que los distingue entre individuales y colectivos, pudiendo subclasificarse los últimos a su vez en guilty pleasures -perdón, placeres culpables-
Comentarios
....la lucha sigue!
¡El barco de Chanquete, no nos moveran!
#2 del
#3
Que tiquismiquis. Que no lo he visto en 35 años ó mas.