Hay una cosa que tenían en común pueblos del centro de Mesoamérica del período Posclásico: todos pertenecían a la cultura náhuatl y hablaban esa lengua, razón por la que se los conoce como las siete tribus nahuatlacas. Es decir, procedían históricamente del mismo tronco, cuyo origen estaría situado en un sitio mítico: Chicomóztoc, nombre que puede traducirse como «Lugar de las siete cuevas» o «Lugar de las siete barrancas». Su ubicación -al igual que su existencia misma- es fruto de debate y se han sugerido diversas posibilidades.
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