En 2018 Anthony Marnell, propietario del Sparks Nugget Casino, donó el monumento del pastor vasco del escultor Doug Van Howd al Centro de Estudios Vascos. Esta estatua figurativa de tres metros de alto, fundida en bronce, fue un encargo original de John Ascuaga...
Nadie entendía nada porque hablaba en chino: ¡había estado trabajando dos años en un restaurante chino!
Parece un chiste. Me lo imagino en el baile hablando un inglés mezclado con chino.
Pierre Lhande aseguró que para ser vasco eran necesarias tres cosas: hablar una lengua que nadie entiende, poseer un apellido largo e impronunciable y, tener un tío en América.
Eso creo que lo cumplimos todos.
Hay varias historias cómicas:
Tres veces negó que llevara consigo plantas o vegetales y cuando llegó al monitor del aeropuerto de Dallas, se encendió una enorme luz roja y saltó la alarma. "Acompáñeme" –le dijo un enorme policía de aduanas. "¿A dónde me llevan...?". Poco después le informaron de su delito, pero no se rindió: "Esto no es una planta, es un monumento" –alegó.Los compañeros le advirtieron que podía estar contento de que no lo hubiese incinerado con el retoño... Lo que no sabían es que en la maleta de mano llevaba otro retoño y 40 bellotas del árbol de Gernika, que ahora germinan en un lugar del Oeste.
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Nadie entendía nada porque hablaba en chino: ¡había estado trabajando dos años en un restaurante chino!
Parece un chiste. Me lo imagino en el baile hablando un inglés mezclado con chino.
Pierre Lhande aseguró que para ser vasco eran necesarias tres cosas: hablar una lengua que nadie entiende, poseer un apellido largo e impronunciable y, tener un tío en América.
Eso creo que lo cumplimos todos.
Hay varias historias cómicas:
Tres veces negó que llevara consigo plantas o vegetales y cuando llegó al monitor del aeropuerto de Dallas, se encendió una enorme luz roja y saltó la alarma. "Acompáñeme" –le dijo un enorme policía de aduanas. "¿A dónde me llevan...?". Poco después le informaron de su delito, pero no se rindió: "Esto no es una planta, es un monumento" –alegó.Los compañeros le advirtieron que podía estar contento de que no lo hubiese incinerado con el retoño... Lo que no sabían es que en la maleta de mano llevaba otro retoño y 40 bellotas del árbol de Gernika, que ahora germinan en un lugar del Oeste.