Julio González Buitrago, jefe de cocina del palacio de la Moncloa durante más de 30 años, descubre la trastienda culinaria de los cinco primeros presidentes del Gobierno de la democracia
#1 Las cortas a dados y las metes en una freidora durante un breve espacio de tiempo, quedan crujientes por fuera y ligeramente crudas por dentro. Luego a la sartén donde has frito la cebolla y finalmente el huevo.
La noche del 23-F Julio González de Buitrago Reviejo estaba en la cocina del palacio de la Moncloa preparando la cena, como de costumbre. Tenía 34 años y había llegado hasta allí dos años antes, de la mano de un cuñado que formaba parte del parque móvil de Presidencia y después de hacer unos crêpes “bastante mediocres” como improvisada prueba de ingreso.
La buenas costumbres de la gente de bien perduran en el tiempo. Enchufismo hasta cuando no había corriente eléctrica.
Comentarios
Recuerda las discusiones con Ana Botella por culpa de las tortillas de patatas, que debían hacerse “con las patatas crujientes pero poco hechas”.
Esperaba discusión tipo con cebolla - sin cebolla, ¿pero patatas crujientes pero poco hechas?
#1 Y las que le armaba cuando mezclaba peras con manzanas.
#1 Las cortas a dados y las metes en una freidora durante un breve espacio de tiempo, quedan crujientes por fuera y ligeramente crudas por dentro. Luego a la sartén donde has frito la cebolla y finalmente el huevo.
Una tiquis miquis de mierda vamos.
#1 A los Rajoy “sólo llegué a recibirles porque me jubilaba, pero supe, por Doña Elvira, que nada de cebolla y poco ajo”.
Ese es el tipo de gente que crea el no tomar cebolla.
http://elpais.com/elpais/2014/05/23/gente/1400874996_549447.html
La noche del 23-F Julio González de Buitrago Reviejo estaba en la cocina del palacio de la Moncloa preparando la cena, como de costumbre. Tenía 34 años y había llegado hasta allí dos años antes, de la mano de un cuñado que formaba parte del parque móvil de Presidencia y después de hacer unos crêpes “bastante mediocres” como improvisada prueba de ingreso.
La buenas costumbres de la gente de bien perduran en el tiempo. Enchufismo hasta cuando no había corriente eléctrica.