Gracias por el artículo . Copio la respuesta para que este en el hilo:
A unos 1000 km de la superficie terrestre, donde la atmósfera es tan tenue que a efectos prácticos seguimos estando en el espacio, las partículas del viento solar comienzan a colisionar con los primeros átomos sueltos de hidrógeno, oxígeno monoatómico y algunos gases nobles disociados que se localizan allí arriba. Desde ahí hacia abajo aumenta progresivamente el número de colisiones, al haber cada vez una mayor densidad de esos átomos y moléculas que forman la parte más alta de la atmósfera. Los choques de los electrones de procedencia solar con esos átomos y partículas, dan lugar a un plasma, que no es otra cosa que las auroras polares. El color o colores de las mismas dependen tanto del átomo o molécula que haya sido el blanco de la colisión como del nivel energético que se llega a alcanzar en él o en ella, lo que se traduce en unas u otras longitudes de onda (λ) en el rango del visible.
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Gracias por el artículo . Copio la respuesta para que este en el hilo:
A unos 1000 km de la superficie terrestre, donde la atmósfera es tan tenue que a efectos prácticos seguimos estando en el espacio, las partículas del viento solar comienzan a colisionar con los primeros átomos sueltos de hidrógeno, oxígeno monoatómico y algunos gases nobles disociados que se localizan allí arriba. Desde ahí hacia abajo aumenta progresivamente el número de colisiones, al haber cada vez una mayor densidad de esos átomos y moléculas que forman la parte más alta de la atmósfera. Los choques de los electrones de procedencia solar con esos átomos y partículas, dan lugar a un plasma, que no es otra cosa que las auroras polares. El color o colores de las mismas dependen tanto del átomo o molécula que haya sido el blanco de la colisión como del nivel energético que se llega a alcanzar en él o en ella, lo que se traduce en unas u otras longitudes de onda (λ) en el rango del visible.