Hace 5 años | Por --48529-- a waste.ideal.es
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Sobre el puente del arroyo Salado, junto a Santa Fe, una fuerte carreta tirada por bueyes y mulas transportaba una gran piedra de forma cilíndrica y casi tres toneladas de peso. Era el atardecer del verano de 1557, los arrieros tenían como meta llegar a la colina de la Alhambra y entregar su preciada mercancía a los entalladores de Luis Machuca para sustentar las galerías circulares del Palacio de Carlos V.