No tenía asientos ni tren de aterrizaje. Sú único ocupante iba tumbado en el centro, y solo unos esquís para deslizarse impedían que se estrellara cada vez que aterrizaba. Pese a todo, el Flyer I de los hermanos Orville y Wilbur Wright sentó las bases de la aeronáutica actual. Hoy se cumplen 111 años de aquella gesta.
Comentarios
Pues la verdad es que no funcionaba muy allá...