El BloodHound SSC es un vehículo terrestre diseñado para superar los 1.600 kilómetros por hora. En su estilizado fuselaje conviven tres motores: un Cosworth V8, para bombear combustible, el motor de de un avión Eurofighter Typhoon, y un motor de cohete. ¿Cómo es posible que semejante despliegue de potencia no haga que este coche experimental salga volando? La respuesta es paradójica:
Comentarios
Porque si se levantase del suelo ya no sería coche sino avión. O Carrero Blanco, vete a saber.
Baaaaa. Mi opel corsa también tiene un alerón trasero para que no se levante.
Esperaba otra cosa, no lo obvio.
Un V8 para bombear la gasolina
No han visto despegar un avión nunca?
Ahora entiendo por qué el coche fantástico tenía tantos alerones cutres; iba tan rápido que sin ellos salía volando.