En el 2013, el exsubmarinista y arqueólogo aficionado Xavier Brull estaba en su casa mirando la televisión cuando le interrumpió un destello. Procedía de una figura arqueológica que tenía expuesta en un mueble junto a la tele y que había encontrado su padre en una expedición que realizó en 1954 en la costa de l’Ametlla de Mar junto a tres buceadores franceses, colaboradores del comandante Jacques Cousteau.
"Contactó con un escultor local, muy conocido por haber construido la escultura que hay en la rotonda de bienvenida del municipio, y le pidió que le hiciera una peana de soporte. Y la hizo. El problema fue que causó desperfectos en la pieza."
Comentarios
#0 Muro de pago
#1 yo lo he leído sin problema
"Contactó con un escultor local, muy conocido por haber construido la escultura que hay en la rotonda de bienvenida del municipio, y le pidió que le hiciera una peana de soporte. Y la hizo. El problema fue que causó desperfectos en la pieza."