Un día de marzo de 1925, en el quinto año de la "Ley Seca", un hombre llamado George Cassiday paseaba en el edificio de oficinas de la Cámara de Representantes de EE.UU., con un maletín y con un sombrero de color verde chillón. El policía en la puerta reconoció Cassiday, no era de extrañar. Casi todo el mundo en el Capitolio lo conocía. Él era contrabandista favorito del Congreso, entregaba alcohol a docenas de congresistas, quienes encontraban en la bebida, un calmante para los tediosos y largos días de debates políticos...

Comentarios

caracoless

Viva la hipocresía!
Pena que no saliera a la luz su pequeño libro