Hace 2 años | Por Andaui a letraslibres.com
Publicado hace 2 años por Andaui a letraslibres.com

Con mucha frecuencia, el poscolonialismo solo ha servido para sustituir una caricatura por otra. El americano se convierte en el último reducto de la tradición romántica europea y lo atávico, disfrazado de guiño revolucionario, humanitario o exótico, funciona como coartada y reclamo de consumo.

Comentarios

themarquesito

Basta con acercarse a cualquier paper decolonial o a cualquier indexed journal sobre el tema para llevarse el mayor de los chascos. Si José Vasconcelos reprendió a Diego Rivera por llegar de París con la cabeza llena de Picassos dizque a pintar murales mexicanos, lo mismo se podría decir de los decolonialistas. Tienen la cabeza llena de Foucaults, Derridas y teóricos yanquis. Lejos de sumarse a la respetabilísima tradición ensayística latinoamericana, maltratan el idioma con una jerga abominable y el abuso del neologismo inane. Y eso cuando escriben en español, porque el decolonialismo es un campo de estudio anglosajón en el que algunos latinoamericanos han sido bienvenidos, a condición de que cambien de idioma y participen en los debates gringos, con las normas de publicación gringas y las referencias bibliográficas gringas

No se podía expresar mejor.
UrannioUrannio este artículo te va a gustar

urannio

#1 más allá que el uso del término latino es truculento y afortunadamente es cada menos frecuente aquí en EEUU. El artículo personalmente es confuso por el uso de referencias desacertadas. No obstante es cierto que la contaminación anglosajona en Hispanoamérica es extraordinaria, y devasta y asola cualquier legado y sentimiento identitario para sacar provecho siempre. Y definitivamente la descolonización es un proyecto británico. Y además la promoción de la diversidad bajo los términos anglosajones y escandinavos esconde y disfraza el supremacismo blanco contra el indigenismo y contra el hispanismo. Ignorando y borrando que la hispanidad es la cuna del mestizaje y del libre albedrio.