A principios del siglo XIX un poeta alemán, Heinrich von Kleist, planteo la posibilidad de repartir correo a cañonazo limpio. Su objetivo: plantear una alternativa al telégrafo. Suena delirante, pero durante el XIX y XX hubo varios intentos con cohetes. El último en plena Guerra Fría cuando en 1959 EEUU disparó desde el submarino el USS Barbero un misil de crucero Regulus I repleto de cartas que lograba aterrizar 22 minutos después en una estación naval localizada a más de 1.100 kilómetros de distancia, en Mayport, Florida.
Comentarios
Este artículo ya no se ni como tomármelo . En cultura lo meto, aunque también podría ir en ¿tecnología? y hasta en ocio por lo absurdo del método.